De un tiempo a esta parte la ética y la responsabilidad social han marcado la pauta del desarrollo empresarial en nuestro país y en el extranjero. La globalización ha obligado a normalizar y extender una normativa "universal" a la que han de atenerse todas las empresas. Evidentemente estas leyes, por llamarlas de alguna forma, son básicas y en ningún momento restringen la actividad principal de la empresa, solamente delimitan los extremos y los modos en los que se pueden desarrollar.
En el ámbito tecnológico, Internet principalmente, siempre han existido controversias a la hora de marcar el límite de lo ético, y en este caso, no iba a ser una excepción. El manejo indiscriminado de datos personales, y su transferencia entre las grandes compañías es una realidad a la que los juristas han de enfrentarse. Los intereses económicos y políticos son dos de los factores más importantes a la hora de legislar en este campo, de hecho, en muchas ocasiones se olvida de que se trata indirecta y directamente con los derechos fundamentales de la sociedad.
La realidad virtual presenta varios puntos críticos dentro de este aspecto. ¿Hasta dónde podemos desarrollar una realidad paralela? ¿Cuanto podemos "jugar" con la imaginación de las personas?
El precio de equivocarse en el establecimiento de los límites es muy alto, pero desde XYZ estamos convencidos de que los pros superarán con notoriedad a los contras.
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